domingo, 7 de octubre de 2018

DISOCIACIÓN

Mi cuerpo es mío
mi cuerpo es mío
mi cuerpo es mío

Y aunque me lo repita,
aún sigue siendo sombrío.

Mi cuerpo no me conoce,
no le he brindado tal goce.
Mi alma ignora mi cuerpo,
no ha tenido el privilegio.

Tan sólo ansío
la necesidad de sentirlo
al lado de mi alma,
arroparlo en mi cama,
besarlo por la mañana,
y crear rimas que sinteticen
el menester de amarlo,
siendo yo quien armonice mi piel.

Mi cuerpo es mío
mi cuerpo es mío
mi cuerpo es mío

Anhelo la paz,
el alto el fuego,
la nostalgia de mi sonrisa
iluminando la vida;
el brillo de mis ojos
rayando las heridas.

Aspiro a expirar el tiempo
de esta tristeza visceral,
de mi vacío existencial,
del legítimo estado de no
creerme merecedora de ser amada,
aun llevando el amor por bandera.

Y no quiero hablar de jueces,
de una supuesta justicia,
pero me obligan como mujer,
al decretar sobre nuestros cuerpos,
al arrebatarnos nuestro derecho a decidir.

Mi cuerpo es mío
mi cuerpo es mío
mi cuerpo es mío

Soy una extraña
en estas tres dimensiones;
me es arduo integrar que mi cuerpo
no es un hotel de paso,
es el templo para mi alma.

Te pido perdón
por el mal trato durante años,
durante toda una vida.

Te pido perdón
porque toda una vida
es lo que nos queda juntos.

Te pido perdón porque te quiero dar
el amor que vos me has intentado mostrar;
te ofrezco una nueva historia
y poder así sostener que

                    mi cuerpo es nuestro.