domingo, 28 de febrero de 2016

Cerca de estar lejos de ti

Estoy fuera de tu cobertura

Y no averiguo como re-alcanzarte. 
Tu imagen nítida se ha tornado borrosa,
Y no sé si he sido yo, o mi mente virtuosa.

No te oigo, 
pues ya te he dicho, 
que te he perdido. 

Aún buscando la forma,
no hay manera, 
de volver a tu olor sin seguir ninguna norma.  

Lo peor de todo es que aunque te fuiste
has decidido acampar por tiempo indefinido
y yo no sé cuánto más
te podré alojar.

Tan sólo quiero echarte a la puta calle,
que no has sido un buen huésped y
que no mereces quedarte en mi mente. 

Que no se me da bien pasar de página,
que prefiero tirar el libro,
pero cuando voy a por fin hacerlo,
encuentro un nuevo borde doblado. 

Y dime, si te marchaste, ¿por qué te quedas? 

Ya no sé dónde me late el corazón. 

jueves, 25 de febrero de 2016

Occidente

Me apetece hablar de la libertad y de su venta. Aquellos en lo alto nos la pintan como un algo asequible, y que se puede conseguir con esfuerzo y dedicación. Sin embargo, yo, lo rechazo.

No puedo creer que exista la libertad cuando hay millones y millones de personas muriendo sin un hogar, sin un vaso de agua todos los días y sin un trozo de pan que llevarse a la boca. 

Me niego a aceptar que existe la libertad cuando familias, en un país en el que el dinero negro vuela, están siendo deshauciadas porque no pueden pagar un alquiler. ¿Es que acaso ellas deciden no tener un empleo estable para poder mantenerse? ¿Es que acaso los padres no sienten que no les queda dignidad si no pueden alimentar a sus hijos? 

¿Cómo cojones cientos (o miles) de políticos, que han de estar destinados al "Estado de bienestar" para su gente, se quedan con la conciencia tranquila tras robar el dinero de sus ciudadanos? Ya lo dijo Platón hace siglos y siglos; la democracia es una demagogia en el momento que los gobernantes sólo buscan grandes beneficios y no el bien de su pueblo, en el cual debe recaer el poder.

Me niego. 

Me niego a entender que millones de personas en España siguen votando a un partido corrupto que sólo beneficia a una minoría y, que además, les roba y lo saben.  

Me niego.

Me niego a aceptar que la libertad existe cuando países europeos cierran sus puertas a refugiados de guerras que el propio mundo occidental ha impulsado, pero que se lleva las manos a la cabeza cuando un grupo de terroristas ataca a una ciudad europea.

Me niego. 

Me niego a aceptar que África, ese continente tan rico en materias primas ha sido desprestigiado por los peces gordos de este nuestro primer mundo, para tener millones y millones en los bolsillos. 

Me niego.

Me niego a que innumerables niños de los países en vías de desarrollo sean esclavizados para bien, formar parte del ejército del país o para rescatar esas materias primas que el primer mundo gozará.

Me niego.

Me niego a aceptar que formo parte de este paquete. Me niego a asumir que estoy empapada de capitalismo, consumismo y globalización, y que no tengo escapatoria. Me niego pero me jodo.

¿Y qué puedo hacer? Me siento impotente ante este sistema corrupto y sin saber como colaborar con la humanidad. Porque precisamente, al ser humano le falta humanismo, y educación, mucha educación, pues esa será la mayor arma del pueblo.

lunes, 15 de febrero de 2016

el laberinto de los cobardes

Gato callejero, deambulando en mis más oscuras dudas, sin saber donde te adentras. Te equivocas de dirección y pones marcha a mi corazón. Es un lugar frío, muy frío, con una coraza de inseguridades y desconfianza; pero sin llave.

Te paras a escuchar la orquesta de maullidos de otros gatos que sólo buscan pasar un buen rato, pero paras el concierto, sales corriendo y trepas por mi cintura. No contento te empeñas en continuar con tu misión: mi corazón; mi confianza. Confianza plena depositada en tus zarpas, dispuesta a que hagas lo que te plazca conmigo, y yo, esperando la caída, la ruptura de todos mis frágiles huesos y de un alma un tanto independiente, me dejo.

Tomas ventaja, 
qué más da perder una en mí, 
tienes 7 vidas. 

Pero se te olvida que yo soy un alma libre, y es este el precio que debemos pagar; amar como si te fueses a quedar y el mañana no existiera. Así te vas, uniéndote a la orquesta que decidiste primero ignorar.

Y aunque sigues en cada canción, cada verso y cada texto, me levanto y mis huesos se regeneran, mientras mi alma cicatriza.

Me costará volver a amar, y me cuesta volver a olvidarte. Pero sonrío porque amaré mejor y a olvidarte volveré.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Recuerdos que no salen del sofá

Me hallo inmersa en una nube de nostalgia. En una constante batalla entre los recuerdos y yo. Algunos apuntan, y alcanzan, más fuerte que incluso propias balas

"Quédate con los buenos recuerdos", decían. Pero, ¿de qué me sirven las memorias si personas a las que tanto amé ya no forman parte de mi destino? Se quedaron en el camino para aludir que sólo estuvieron de paso. 

No puedo negar que han ayudado a forjar quien hoy soy. Me han enseñado valores que no tienen etiqueta ni precio, y cuando deseo que esos recuerdos se borren, inmediatamente desecho tal idea de mi mente.

Es tan sólo aprender a que no duelan, y abrazarlos. 

Darte tiempo, darnos tiempo. Los recuerdos permanecerán, son lo único que nos queda. Sin embargo, a veces me gustaría sentarlos en tu sofá y aparcarlos durante un breve suspiro. A fin de cuentas en él cabrían todos y cada uno de ellos. Nos guiarán por la correcta senda. Nos salvarán.

El corazón seguirá su propia rehabilitación, no guiada por un cuerpo de especialistas del desamor. Poco a poco aquel corazón roto, quedará sólo fisurado; grietas irrecuperables. Grietas de una guerra perdida, grietas de tu saliva sobre mi piel herida. 

Pero grietas que no mienten sobre tu leve paso por mi vida. 

domingo, 7 de febrero de 2016

(des)amor

Te haré partícipe de cada arrebato.
Siempre es bueno el momento y el lugar,
sin estrecheces,
sólo las ganas de poder volar.

Volar a tu paraíso
de tu cuerpo sobre el mío,
o del mío sobre el tuyo, cabalgándote.
Alejándonos de ellos y de todo lo demás.
No. Hay. Nada. Más.

Sólo tu mirada y boca entreabierta,
tu palma sobre el lateral de mi cara
y tu puño contra la almohada.

Dos presas de este mundo infame,
vis à vis,
buscando construir nuestra propia verdad.
Escapándonos de la realidad, ignorándola.
Concentrándonos sencillamente en las respiraciones.

Clímax.

Al fin y al cabo, ¿qué es la realidad?
La realidad es este momento;

aquí y ahora.