miércoles, 6 de diciembre de 2017

S de Sorpresas en Sábados

Yo que este atardecer
había quedado para hacerlo, 
termino en una sala haciéndole el regalo
a mis oídos
y a todos mis sentidos, 
admirando desde la primera fila
a mi poeta favorito.

Advierte que a él 
no le gustan las etiquetas
mas su poesía elimina
el polvo de mis esquinas,
en donde es arduo su acceso
si no encuentras alguna grieta.

Yo que siempre voy con prisas,
bajo la frecuencia del corazón
y me permito disfrutar 
de mis erizados vellos,
dados por la luz que emana
de cada poro en sus ojos y alma.

Arte que contagia,
y me quedo así con ganas
de invitarle a un té vainilla-caramelo
en la Alameda sevillana, 
y relatarle mi deseo 
de dedicarme en alma y atuendo
a donar el arte que brota de mis entrañas.

Quiero ser artista.
        ¿qué más le dará?

Quiero revolcarme en el barro de los artistas
y dejar de conformarme con un futuro
que tachan de seguro
y es puramente incierto.

Quiero ser artista.
        ¿qué más me dará?

No soy poeta
ni me desvivo por serlo,
solamente escribo 
letras que lanzar al vacío, 
para dejar salir parte
de lo que arde dentro.

Me hacen recapacitar
y buscar en mí
el arte que quiero;
el arte que me debo.
El arte que prende mi vida
para alzar el vuelo.

Es por eso que
cuando me dejan,
danzo,
y alimento así al alma
para que no muera por inanición
en cualquier alba.

Algún día
quiero ser fisioterapeuta.
Todos los demás,
artista.



sábado, 2 de diciembre de 2017

sin nada

Despierto en una casa vacía,
fría,
y mi piel triste
ya no se sorprende,
se encuentra sumergida.

Tiritan los astros de mis pezones.
Entre mis sábanas ya no se escucha ningún gemido
que me haga bajar la guardia.
Sólo me dejo caer
y me cubro hasta las sienes.
Sentir este frío no me apetece.

Versos llenos
que brotan
de mi pecho vacío
en este lecho
donde sólo me quedan las palabras.

Palabras que tacho
otra y una vez
porque mi tristeza
todo lo llena,
todo lo agota.
Y mi sonrisa
todo lo cambia,

incluso a la pena engaña.


jueves, 19 de octubre de 2017

Pero cuando me sacie,

Últimamente sólo quiero hablar de amor,
cuando más rodeadas de odio estamos,
pues aún sigo cimentando esta idea.

Siento que hay tanto amor clavado en mi diafragma,
que a veces me cuesta inspirar profundamente.

Alguna vez he amado y me han amado,
mal,
si a eso se le puede llamar amar,
que pierdo la noción del mérito.
Quién soy. Qué aporto.

Otras tantas he sido pañuelo.
Otras muchas han sido estropajo,
pero algunos restos son implacables.

Me siento astro y siento que implosiono.
Siento que necesito amar como creo que se debe amar,
y esto es una locura,
porque yo amo todos los días,
pero no a quien me gustaría.
No puedo convencer al sentimiento.
Ya siquiera quiero amarte.
Quiero amaros a todas.

Siento que en algún amanecer
los miles de trozos que me componen
en la atmósfera se van a perder
después de explosionar.

Porque no sé amar.
Porque no me han dejado amar.
Porque sólo encuentro piedras
y no flores.

Continuamente pierdo la inspiración
y, como con una cuchilla,
mis venas se dejan perforar.
Se rajan.
Mas ceden por no advertir
ningún principio del fin.
Por no advertir precipicio.

Se pierde toda continuidad y dirección.
Se pierde la conexión.
Me pierdo yo,
con lo que me cuesta encontrarme
y volvemos al punto de partida.
Párteme en dos,
que ya estoy cansada de esta mente.

¿Cuántas veces tengo que empezar?

Ahora sólo me concentro en el cuerpo
y en lo superficial,
en saciar a este animal.
Que ya me da igual que me rompan,
pues no es posible romper lo ya quebrado.

Pero cuando este animal se sacie, por favor, consiéntanme amar. 

lunes, 18 de septiembre de 2017

otoño en las puntas de mi pelo

El leve sabor del verano,

el responsable de que me eluda de mí misma y el que hace que me acerque a mí en lo más profundo. En el que me escabullo de la compañía de compañías obligadas y con quien me refugio momentáneamente en caras nuevas.

El suave sabor del verano,

el que provoca que se unan dos cuerpos desconocidos y se entreguen al unísono para formar una única nota. Besos suaves por toda la superficie de mi templo y que impregnan todo abismo en mi alma. Artífice de un brote emocional cada vez distinto. Rosa y espinas; indisociable.

El tierno sabor del verano,

testigo del amor que emana de madrugada y se queda en vela para contemplar que éste dura unas cuantas horas más, y sólo unas horas más, pues se trata de una emergente pasión veraniega. Quien nos hace responsables de que queramos apurarlo hasta el último gemido, hasta que se nos permita.

El verdadero sabor del verano,

cada año distinto, cada solsticio más cerca de cada una de nosotras, en el que nos vamos poco a poco encontrando para poder entralazar las piezas del puzzle, hasta formar nuestro propio Vaticano. Haciendo arte con nuestras inseguridades, provocando que nuestras flaquezas permuten en poder. Empoderarnos.

El amargo sabor del verano,

retornar a tu ciudad natal, nuevos comienzos, viejos proyectos, pasados recados. Responsabilidades tediosas. Hastío quincenal. Ansias de continuar con todos tus otros sabores, extremando las papilas gustativas, entregarnos enteras.

El puro sabor del verano,

quien crea el amor libre, siendo innecesario el adjetivo, pues el amor no existe de otra manera y en este nuevo alba tú y yo nos amamos. Unos asientos traseros jamás fueron tan felizmente honrados. Me olvido que ahí fuera me esperan, espero que allá lejos me olviden.

El pasajero sabor del verano,

volver a esperarte con ganas, viviendo de mientras tumbada en mis nubes. Viviendo a secas y bien mojada.

lunes, 4 de septiembre de 2017

A veces

He tenido vivencias en las que de repente me encuentro, queriéndome. Doy un paso al frente, me burlo del victimismo y de un único soplo los demonios espanto. Estas vivencias vibran sólo un pestañeo, pero son competentes hasta la siguiente zancada. Puto hastío estas inseguridades.

Agotada de mi propio desamor, me miro a los ojos, arrugo la nariz y le sonrío a esta alma machacada en dinámica-nunca-estática construcción. Alma pura. Suficiente, a veces, suficiente. Y joder, qué alivio tan fugaz, sincero y crudo.

¿Sabes lo bien que sienta sonreirme a mí y no siempre a las demás?

Respiro hondo y limpio mi Selva Negra. Voy desechando lo que no quiero en mí y tomo prestado de otras lo que mi Ser venera, y en un principio desconocía. Ya no me enciendo con actitudes repulsivas ajenas, ni dictamino mis ideales (si no me preguntan). Me siento y quizá yo también sirva de ejemplo para algunas.

La libertad ya no queda tan en la utopía y, a ratos, la saboreo con la punta de mi lengua. Ahora cada vez que siento la necesidad de huir es para seguir sembrando migajas de amor.

Me acepto, me acepto, me acepto y me proclamo libre, y por fin no tengo que deshacerme de mí. Me necesito y soy libre. De vez en cuando me sigo asomando al precipicio por el puro placer del frenesí, porque lo conozco bien, pero luego vuelvo, porque soy libre.

Largo camino, siempre aún, desaprendiendo y soltando con fuerza.

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El quid de la cuestión es que, después de 21'58 años, he declarado que "me quiero", y no se me ha formado un nudo en la tráquea al soltarlo. Aunque no sea aún duradera, es jodidamente gratificamente lo de decirdir quererse, y decidirlo verdaderamente, porque es lo que por fin me toca. Acaso que exprese esto haya sido impulsado porque el otro día alguien me dijo que le flipaban mis piernas y le gustaba que soltara tantas palabrotas, tal vez por mi franqueza. Imagínate la puta fiesta que montamos.

También pone de manifiesto que estoy ahora estudiando cosas que estimulan las glándulas sudoríparas de mis genitales y, cuando esto sucede, me pongo muy densa conmigo, sabiendo que mi cremiento está bien lejos de las instituciones y tan cerca de labios nuevos y viejas caras.

martes, 29 de agosto de 2017

Estío

Puedes mirar a través de cada uno de mis poros, besarme los ojos y quitarme este rubio estacional por convenio.

Arañarme la memoria, construir un tren de aire y volar hacia el sur de mi ombligo.

Podrías quizá entrelazar tus dedos con mis dedos, acariciarme las pestañas y enredarte en mi melena.

Dejarme trenzar tu pelo, sujetártelo mientras devoras mi sexo y besarte, besarme, entre gemido y gemido.

Puedes poner Jazz y música real entre tanto y tanto, que yazca de mientras agazapada sobre ti y que desees mi espalda. 

Aumentar los minutos de descuento, beber de tu elixir y explorar tu masculinidad.

Dejar que el sudor se mezcle con la purpurina, jugar con mi sonrisa y follarnos hasta el atardecer.

Seguir el compás percutiendo detrás de tu oreja, seguir el compás en cuclillas y seguir el compás mordiéndonos los pezones.

Atardecer en mi cintura, abrazar mi soledad y quedarte para nunca.

Los cristales empañados aquí dentro y la lluvia nos recibe allá fuera. Corre una leve brisa y nos diviso libres y felices. Salimos victoriosos de un encuentro amistoso, el público feroz se alza y el rímel que vestía mis pestañas se pierde tras el sudor. Qué maquillaje tan bello e inexistente, qué melena de leonas se nos regala.

viernes, 4 de agosto de 2017

Esto no es poético o bello, no quiere serlo

La pasada madrugada.

Será que el cielo del Norte me inspira. Las cigarreras parece que traman un plan maquiavélico. La Luna refleja la luz del sol sin que la ciudad le moleste y, además, deja también su momento de gloria a las estrellas. Sopla una liviana corriente que sugiere que te tapes, pero que aproveches el fresco, que el Sur no da tregua estos días.

Es inevitable, el cielo me acerca a ti. Es tu nuevo hogar. Hace justo 1 año y medio que te evadiste en la eternidad, y yo te sigo amando igual o más.

Por otra parte, durante este crepúsculo, brotan recuerdos aleatorios y dispares, y no consigo encontrar el botón del Off, así que dejo de intentarlo y le doy al Play sin ninguna interrupción. Si me apuras, sigo moldeándonos, y sigo imaginando que puedes amar, que me quieres, a mí. Y pienso en ella. Y pienso en ti. Y terciariamente, pienso en mí. Qué sencillo te lo puse, y que fácil soy de dejar volar; donde pertenezco, al cielo del Norte. Las estrellas me arropan, la Luna me consuela.

Ahora voy a fumar yerba mientras mis oídos son bendecidos con Ben Howard, y lo que surja después no me hago

qué cojones, seré responsable.

Me suelo regalar tanta soledad, que me convenzo que es sólo para mí. Y soy egoísta, pero si la comparto, me rompen. Te juro que me cuesta dejar entrar a alguien, que aún con mis demonios, es mi zona de confort, sin más riesgo que el de la dulce autodestrucción. Y han pasado hombres durante tu ausencia; les he dejado cuarto junto al de la soledad, y después los he echado, no admito más huéspedes. Placenteras soledad y autodestrucción.

Ya no te echo de menos, sólo te quiero

Calada larga. Nicotina y thc. Ben Howard. Poemario al vacío en las notas de mi móvil. Siquiera es esto poético o bello, soy yo. Esto no quiere serlo, quiero serlo yo. Quiero ser; perecer me estremece.

Tumbada sobre el balcón. Una bella flama. Un crujir que protagonizan las maderas viejas y mis pulsaciones un tanto nerviosas. Las pequeñas cosas se reúnen y me aterra, y me gusta.

La Luna me ama y el sauce llorón me sonríe. Ella me grita que me acurruque a su lado y él, desesperado, reza para que no le haga caso; es peligroso. Pero somos fieles compañeras, a ella jamás le fallo.

Te quiero hablar y contar que me he acordado de ti mirando las estrellas, mientras la estrella que brilla por encima de sus hermanas, cuyo brillo no eres tú, no para de moverse, persuadiéndome en su misión. Te escribo, pero cierro los ojos, para que

mi cobardía, o dignidad, u orgullo,

se evaporen

y la noche se vaya por donde ha venido.

No enviar.

miércoles, 21 de junio de 2017

Solsticio de verano

Precaución, versos embebidos en soledad, en esta quietud que da paso a las flores secas.

Tachar los días del calendario
no nos va a hacer más jóvenes,
ni nos va a salvar de los cuadernos,
ni mucho menos del presente.
Pero sí me brinda una bocanada de aire
en este círculo que me atrapa;
o me evado o me tiro.

Y ahora,
me contradigo:

Me dañan los afilados dígitos de los años,
y ya no sé si tirar ese calendario
lleno de cruces
o enterrar el cúmulo de segundos
desencaminados
en una duna
cualquiera
mientras me pierdo en el atardecer
que antecede a la Luna.

Cuando llega la noche
la mezo,
mientras mi interior sideral
sólo busca explotar
para formar parte del caos
ajeno a la Tierra.

La soledad del café de la mañana,
mientras espero que humee
para poder beberlo sin que erosione
mi garganta.

Ruinas en el brillo de mis ojos
y una sonrisa de ojera a ojera,
que siempre desvió la atención del dolor púrpura
que las impregna.

El carnaval de mi tristeza sigue haciendo tanto ruido,
que me impide saltar a la piscina
sin incumbir lo honda que sea.
Qué manía de seguir midiendo cada centímetro.

Porque el dolor,

al fin y al cabo,

sólo cambia de bando.

Ya me jodería enfrentarme al espejo,
para
de una vez por todas,
abrir la puerta y cerrarla de un portazo
tras de mí.

Así me haría conocer
que mi destino no es aquí dentro
entre fronteras,
si no fuera,
donde el alma manda
en un planeta donde poder
quemar banderas.



domingo, 14 de mayo de 2017

máscaras

Hablaremos mejor de irrealidad;
de perspectiva como punto de mira.
Circunstancia, relatividad y distorsión.
¿qué mejor que llamarlo instante?, 
durante este exceso de presente.

No es cuestión de ego,
cuando de más lo que prima es la inseguridad,
sino de comenzar a quererse,
ansia de autoestima,
de enamorarse de una misma. 

Pero sentir que está mal tu olvido,
en esta relación inercial,
en este amor que nos desune;
y en este nosotros ganará la distancia,
porque el tiempo parece no entenderme.

¿Cuál es el (des)enlace?
Si mi más eficaz desvinculación
es echarte de más,
pero para ti es suficiente
con besarme las palabras.

Mi confusión me la he ganado yo.

miércoles, 26 de abril de 2017

Ni somos, ni dejamos de ser.

Amar follando, follar amando, indistintiva, momentánea,
y efímeramente.

Sentir la muerte del sentimiento tras el clímax.
Volver a casa y dormir solas.

Querernos en tu cama y olvidarnos mañana.
No enseñarte las sábanas de la mía.

Intercambiarnos los cuerpos y
escondernos entre nuestros pliegues.

Maquillar cualquier indicio de amor,
para así evitar la incidencia de un nuevo
y aislado corazón roto.

Mentir. Sobre todo mentir
en la Ronda Norte de vuelta a mi morada.

Ni somos, ni dejamos de ser.

lunes, 3 de abril de 2017

Faltan los signos de puntuación

Hiperreflexia sentimental
Sentimientos cohibidos
Cohibir al convencimiento
Convencernos de un sentir
Sentir lo no establecido
Establecer una jerarquía
Jerarquización de corazones rotos
Rota la razón

Razonando porqué no nos quedamos

Quedamos y ardemos
Arder previo a cumplir el deseo
Desear tu amanecer
Amanecer con tu sexo
Sexo no saciado

Saciar a medio camino el alma

Alma en modo vuelo
Volar lejos de lo correcto
Correctos al escuchar al cuerpo
Cuerpo a cuerpo nos mostramos
Mostrar tu otra cara
Cara abrazable
Abrazar tus cicatrices

Cicatriz nueva en mi luna

Lunática en celo
Celos del sol
Sol sin soledad
Soledad fiel compañera

sábado, 25 de marzo de 2017

cold blue rain

La auto-represión es la mayor infidelidad que en nuestras vísceras alguna vez podemos experimentar. Esa reprimenda de "hacer lo correcto", de ir por la vía segura, de no jugarse lo más mínimo la integridad.

Donde el más mínimo impacto consigue máxima viralización; donde siempre nos adherimos al 'qué' antes que al 'cómo', ignorando todo proceso de crecimiento, de alcanzar un horizonte determinado. La determinación. 

La plenitud agazapada en las nubes que ocultan al horizonte. La pureza de llegar a ser nosotras mismas, la pureza de ser, el Ser. 

Sólo en el momento que empezamos a convivir con nosotras, surge la conciencia de los muros que nos autoimplantamos, de las limitaciones que nunca conoceremos porque no nos hemos dado el privilegio de realizar ciertos sueños.

¿Qué momento es bueno para Ser?

domingo, 19 de marzo de 2017

Exceso de presente

La primavera ha llamado; ha dejado un mensaje en el contestador: "me voy a retrasar".

Días en que no me reconozco; cuando siempré llamé ilusos a aquellos que se reconfortan en la esperanza, mas si sigo donde me hallo es por la esperanza de lo bien que podría salir.

Y sólo se me ocurren dos premisas:
huir con el corazón (in)tacto
o
quedarme y disfrutar de la caída.

Imposible despojarse de lo que acontece ahora mismo, en este exceso de presente, en esta apertura sin frenos de pecho, en el aperitivo de mi confianza posada en vano.

Con esta manía de no querer(me), lo que no me perdono es permitirme ser una opción.

viernes, 10 de marzo de 2017

sobran los signos de puntuación

Atravesar la avenida 
Colarme con tus amigos
Beber de tu litro
Colgarme de tu barba
y deseos

Hacer el camaleón
o la iguana
según tú
Beber de tu cerveza
y anocheceres

Buscarnos con la mirada
Matarnos las ganas
picándonos para follar(nos)
Bailar con los demás
y en mis curvas

Correr hacia el coche
Un beso en los dos primeros
semáforos en rojo
Meternos en el carril taxi-bus
y buscar cámaras de la dgt

Saltarme todos los demás semáforos 
Si total somos nosotros
todo lo que queremos
-hacernos-
y dormir abrazados

Poner mi despertador
previo al crimen perfecto
Soñar sólo dos horas
Despertarte recorriendo tu espalda
beso a verso

Lunar a luna
Estrella a estrellarnos
Sudarnos todo
Sudar cada poro
Bebernos a oscuras

Pues ya
dormir poco 
y dolernos todo
sólo alude
a tragos de felicidad .


jueves, 9 de marzo de 2017

tresdos16

Ella quería ser libre,
pero no creía en utopías.
Ella anhelaba algún día burlar a la Ley de la Gravedad,
pero sus sueños no dejaban de desplomarse.

Ella creía poder tal vez alcanzar la luna,
pero vivía entre las estrellas.

Ella vivía los atardeceres como si fuera el Sol,
como si al final del día todo quedase en calma,
y en vez de oscuridad,
permaneciera aquel color rosáceo.

Aún así,

ella comenzó a creer en las utopías
como fieles guías,
donde unos sueños mueren
para dar cabida a los siguientes.

Vio claro que la Luna quedaba cada vez más cerca,
y que al otro lado había alguien especial custodiándosela
para cuando estuviera lista.

Los atardeceres serían el preludio a una noche donde,
más que oscuridad,
se creía llena de esperanza y luz refleja. 

Ella daba todo por amor aunque, 
alguna vez y más de alguna, 
no recibiese nada a cambio, 
empezando a desarmar a las expectativas.

En este utópico mundo
donde comprendió que 
el amor siempre gana, 
y no podía ser
de otra manera.

lunes, 27 de febrero de 2017

Labios rotos

Hallar refugio en la soledad es saber que no das cabida a que nadie, salvo tu misma, te haga daño.

Abandonar dicha zona de confort sería sólo posible, cuando esa persona, despierte tu lado más anárquico y calmado, a la vez;
sentirse sentido, fluir con el porvenir, permitir al devenir moldearte y amenazar a todos tus miedos sin miedo a perderlos. 

Darle la oportunidad de quereros
                                               libres.

domingo, 19 de febrero de 2017

Años adolescentes del 2.000

Sólo veo copias andantes,
almas perdidas,
cuerpos vacíos, 
vidas fingidas 
a través de una pantalla
a costa de la expectación,
miedo 
y decepción.

Y si por un casual
tú y yo nos enfrentamos,
consiguiéndonos mirar,
la única condición
para abrirte mi mente
es que me dejes
expandirla
con la tuya.

Que nuestras corazas
sean un simple preludio
para que libres,
nos arranquemos este antifaz,
que nos ata a la tierra
impidiéndonos volar
allá lejos
donde la vista no permite

                                           alcanzar.

sábado, 11 de febrero de 2017

Bailar

Para reinventarnos,
¿hasta qué punto debemos autodestruirnos?

¿Cuál es la línea media para
respirar de vida una bocanada?
Hallar la revitalización en los segundos
más absurdos 
es una oportuna forma para
seguir danzando.

domingo, 29 de enero de 2017

Pensamientos, realidad y sarcasmos

Amordazados por la conciencia, el puto deber infundido, el vive la vida como quieren que la vivas.

Títeres a manos de antihéroes con traje y corbata. Eres inútil. Estudia para "ser alguien", trabaja para ser alguien, ya se encargará él de quitarte lo que tú has conseguido con sudor y llagas en las manos. Él.

Vota. Vivimos en una democracia, ¿no?

Mantén a la Realeza. Cállate.

Permite que se construyan muros, aparte de los físicos. Apoya el odio. 

Retrocede.

Ten agallas para salirte del rebaño. Para no aparentar ser quien eres. Ergo aparenta quien no eres. No Seas.

Si eres feliz grítalo; si no lo eres fíngelo. Hazle saber a todos tus seguidores lo maravillosa que es tu vida y cierra los ojos al Mediterráneo. No te culpo, yo tampoco he hecho nada para suplir lo que ocurre al otro lado de Occidente.

No te culpo, soy víctima del capitalismo y como tal, juego a su puto juego, pero siempre pierdo. Consumo y pierdo. Contribuyo y pierdo. Mi conciencia pierde. Mi alma, se encoge. 

No te culpo, yo sigo oprimiendo a mi Ser, aún empezándome por fin a encontrar. Sigo estancada en mi infelicidad para seguir a la perfección el papel que se me atribuye. Una carrera cuya formación es tan teórica que no llevo nada a la práctica. Una carrera práctica que me limita a mi raíz. Sirve a la sociedad. 

Deja que se infravalore el arte y mira a otra parte.

Aquí estoy, perdiendo el tiempo (y me la suda) de estudio el día previo a un examen final a las 8:30 de la mañana. Un examen cuya materia voy a olvidar a las 9:30 de la mañana. Si suspendes, otra oportunidad en Septiembre, y si vuelves a catear, apoquina 150 pavos para poderte volver a matricular y examinar. 

Aquí sigo, vestida de sonrisa aunque mi alma rabie. Inconformista por naturaleza y me he dejado arrastrar por la marea. Mas cuento los segundos para dar paso a mi revolución y comenzar a nadar a contracorriente.

Sé.