jueves, 11 de febrero de 2021

mi amor propio es el obsequio

Encuentro a la maestra
en las manos del pasado,
en los ojos del futuro,
en cada espejo al que decido
asomarme tal vez sin reparo.

En cada amor que refleja
algo que en mí  desconocía.

En los ojos y su ilimitada mirada,
aquella que anuncia una profecía;
la menos escuchada
aún siendo la más oída.

Nada es en vano,
mi propio amor reclamo.

Mi amor propio es el obsequio
que ofrezco cuando sano,
cuando con otro loco amor
colisiono y me desarmo. 

Mi amor propio es maestro
y es aprendiz;
considérenlo un testamento,
no se conforma cual desliz.
Heredado de mis ancestros,
este testamento no delegaré
en balde a mis hijes. 

El derroche amoroso
que a veces propago,
tarde o temprano
va a adquirir su significado.

Me agarro con firmeza
a las asas de esta balsa,
la que me permite toda nube surcar
en busca del verso
que desemboque en su boca,
que mis labios dibuje,
que el cielo atesora,
      que mis noches aloje.