Amantes esporádicos; hallando un resquicio de amor en las sábanas equivocadas.
La espalda llena de caricias y un manto que me protege de cualquier acercamiento, que es tu piel.
Conectar y dejar que todo fluya, y rememorar cada instante al día siguiente, gracias a esas chivatas agujetas.
No podemos culpar al alcohol, sí al estar sobrios, por dejarnos ir como si el sol jamás fuese a resucitar. Como si la cama nos salvase del mundo de ahí fuera.
Por momentos así me doy cuenta de todas las formas que hay de amar, y de las que aún quedan por descifrar.