sábado, 30 de junio de 2018

Fue, es, será amor

Me lanzo de cabeza en la capital,
sin prejuicio existente
a lo que me pueda encontrar,
y aunque lo intenté evadir,
siempre me hallo volviendo
a tu paladar.

Siempre es un placer
el arte de volver a amarte,
en cualquier recoveco
en cualquier esquina
en cualquier provincia,
Cádiz, Madrid, Sevilla;

         en cualquier asunto de la vida.

Siempre es un placer
el arte de volver a amarte,
y por fin amanecer
entre gemidos escondidos
en el laberinto del caos
y las sábanas de sudor tejido.

Siempre es un placer
el arte de volver a amarte,
para abrir los ojos pasadas
las primeras horas del nacimiento del sol,
nuestras piernas formando enredaderas
y los labios aún húmedos por el crimen perpetuado;

          la vida me da los buenos días.

Siempre es un placer
el arte de volver a amarte
en la pradera de Madrid,
en la ciudad que nunca duerme,
en la cama en que 2 almas,
y cuerpos,

deciden desnudarse.

Siempre es un placer
el arte de volver a amarte,
mas esta vez la despedida
parece algo más agria,
algo menos indefinida,
tal vez un poco comedida:

"Quizá no nos volvamos a ver."

Y aunque siempre es un placer
el arte de volver a amarte,
acaso deba dejar de levitar
en la utópica pompa
de los amantes suicidas,
donde se juntan de tanto en tanto
para cargar sus espaldas de efímera alegría.

jueves, 28 de junio de 2018

versos libres

Pisando las calles de Madrid,
para recordarme
lo cerca que estoy,
de estar lejos de aquí.

En 2 días conoceré
a mis hermanos de Medellín,
y de toda América Latina,
y mi corazón no cesa
de bailar danzas africanas.

A veces no me queda
ni el más escueto ápice de esperanza.
Otras creo
que puedo driblar al imbatible
destino occidental.

Acaso puedo alcanzar
cualquiera de mis dimensiones.
Pero otras no soy capaz
ni de cruzar la avenida.

Extenuante dolor
el que recorre mis arterias,
y en estos tiempos enrevesados,
me cuestiono cuánto más podré
seguir llevándolo a cuestas;
cuánto más podré seguir

a secas.

Pero en el fondo sé que sí,
sé que sí,
sé que soy.

¿Cuál será el desesperado final?
El final será pacífico
o no será.

viernes, 1 de junio de 2018

Bulevar

La claridad tras la ventana,
el Sol,
y la luz que emana.

Un folio a la espera del desfile
de una pluma sobre su cara,
a la par que los versos más confusos
esperan deslizarse
y no salirse del margen.

Mas, ¿cuál es el margen?
Los barrotes que separan
la libertad
de mi cárcel.




La realidad se manifiesta
lejos del Mundo de las Ideas
y titubeo entre
enfrentarme al horizonte
o seguir buscando mi Parnaso,
acaso

entre poetas y quimeras,
          artistas sin fronteras,
                       hombres y esferas.

Es el río de mi intuición
quien lidera la vela,
mientras la verdad espera
en la ventana de las utopías
aún no marchitas.

Me agrada dotar a las palabras
de belleza subjetiva,
pues en ellas codicio reflejarme,
a la vez que siento la semilla de la paz
comenzando a brotar,

en la misma cuantía 
de esta vorágine sed
de crecer un infinito más
y su consecuente,
y constante,
guerra mental.

No es momento de firmar la tregua.