podemos apreciar
la belleza en cada día
la belleza en cada día
para ralentizar entonces
la partida incesante de los años,
el constante desfile
del tiempo encapsulado
para comprender que
nada importa
si entendemos el presente;
si del espacio-tiempo
perdemos el sustrato,
lo que se esconde debajo
para camuflar en ese lapso infinito,
el vacío atemporal que brota
cuando renuncias a futuros supuestos
el vacío atemporal que brota
cuando renuncias a futuros supuestos
Escaparíamos de lo lineal,
adentrándonos así con impulso
en la fuerza de la espiral
si bien al cuestionarme el pasado,
me atrevo a compartir que
todo lo que me mueve
lo revivo;
lo revivo;
confieso pues que mi pulso
es el fidedigno testigo