lunes, 28 de septiembre de 2020

desenterrar la validez única del momento eterno

podemos apreciar
la belleza en cada día

para ralentizar entonces
la partida incesante de los años,
el constante desfile
del tiempo encapsulado

para comprender que
nada importa
si entendemos el presente;
si del espacio-tiempo
perdemos el sustrato,

           lo que se esconde debajo

para camuflar en ese lapso infinito,
el vacío atemporal que brota
cuando renuncias a futuros supuestos

Escaparíamos de lo lineal,
adentrándonos así con impulso
en la fuerza de la espiral 

si bien al cuestionarme el pasado,
me atrevo a compartir que
todo lo que me mueve 
lo revivo;

confieso pues que mi pulso
es el fidedigno testigo