Hallar refugio en la soledad es saber que no das cabida a que nadie, salvo tu misma, te haga daño.
Abandonar dicha zona de confort sería sólo posible, cuando esa persona, despierte tu lado más anárquico y calmado, a la vez;
sentirse sentido, fluir con el porvenir, permitir al devenir moldearte y amenazar a todos tus miedos sin miedo a perderlos.
Darle la oportunidad de quereros
libres.