jueves, 9 de marzo de 2017

tresdos16

Ella quería ser libre,
pero no creía en utopías.
Ella anhelaba algún día burlar a la Ley de la Gravedad,
pero sus sueños no dejaban de desplomarse.

Ella creía poder tal vez alcanzar la luna,
pero vivía entre las estrellas.

Ella vivía los atardeceres como si fuera el Sol,
como si al final del día todo quedase en calma,
y en vez de oscuridad,
permaneciera aquel color rosáceo.

Aún así,

ella comenzó a creer en las utopías
como fieles guías,
donde unos sueños mueren
para dar cabida a los siguientes.

Vio claro que la Luna quedaba cada vez más cerca,
y que al otro lado había alguien especial custodiándosela
para cuando estuviera lista.

Los atardeceres serían el preludio a una noche donde,
más que oscuridad,
se creía llena de esperanza y luz refleja. 

Ella daba todo por amor aunque, 
alguna vez y más de alguna, 
no recibiese nada a cambio, 
empezando a desarmar a las expectativas.

En este utópico mundo
donde comprendió que 
el amor siempre gana, 
y no podía ser
de otra manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario