Gato
callejero, deambulando en mis más oscuras dudas, sin
saber donde te adentras. Te equivocas de dirección y pones marcha a mi
corazón. Es un lugar frío, muy frío, con una coraza de inseguridades y
desconfianza; pero sin llave.
Te
paras a escuchar la orquesta de maullidos de otros gatos que sólo
buscan pasar un buen rato, pero paras el concierto, sales corriendo y
trepas por mi cintura. No contento te empeñas en continuar con tu
misión: mi corazón; mi confianza. Confianza plena depositada en tus
zarpas, dispuesta a que hagas lo que te plazca conmigo, y yo, esperando la
caída, la ruptura de todos mis frágiles huesos y de un alma un tanto
independiente, me dejo.
Tomas ventaja,
qué más da perder una en mí,
tienes 7 vidas.
Pero se te olvida que yo soy un alma libre, y es este el precio que debemos pagar; amar como si te fueses a quedar y el mañana no existiera. Así te vas, uniéndote a la orquesta que decidiste primero ignorar.
Y aunque sigues en cada canción, cada verso y cada texto, me levanto y mis huesos se regeneran, mientras mi alma cicatriza.
Me costará volver a amar, y me cuesta volver a olvidarte. Pero sonrío porque amaré mejor y a olvidarte volveré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario